Selva (2018):

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La muestra “Selva” fue financiada por el MACCO (Museo Arqueológico y Centro Cultural de Orellana), esta cuenta con un mural, una serie de collages y algunos lienzos, para realizar estas obras Mo tuvo que viajar en repetidas ocasiones a la Amazonía ecuatoriana, en sus investigaciones pudo encontrar dos situaciones en un mismo lugar, por un lado está la maravillosa naturaleza y diversidad en flora y fauna que ofrece la selva, sin embargo es muy notorio como cada vez se va perdiendo esto y cómo las industrias se están apropiando de estos lugares, bajo esto Mo se inspiró, abstrajo partes de esa realidad y creo su propia selva. Todas las piezas fueron creadas con una cromática en azul, se representan aves y reptiles y se los complementa con hojas, flores y árboles, además cada representación en su composición lleva un símbolo, aluden a los movimientos del fuego, el aire y el agua, los trazos básicamente son formas circulares y rectangulares. Aparte de inspirarse en el agua y el aire para la cromática, rescató a las tonalidades de azul por aves como el guacamayo y el tucán azul. Su firma se encuentra plasmado con un toque de surrealismo, Mo se representó a ella misma como una mujer ave y la incorporó en cada pieza.

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Pintar los bordados (2018):

Pintar los bordados fue un proyecto desarrollado en la Comuna de Zuleta, Imbabura, aquí Mo impulsó el proyecto para representar la iconografía de los bordados de Zuleta y su antigua creencia de que el color azul prevenía que cayeran los rayos sobre las casas pintadas con este color, esto se hizo a través de una serie de murales a lo largo de la comuna especialmente en la Avenida principal de Zuleta conocida como “La ruta de los bordados” (se encuentran las principales tiendas de artesanía). Para cada mural Mo fue averiguando y consultando lo que quería cada dueño de casa a la que iba, en unos se pintaron alpacas debido a que se estaba empezando un nuevo proyecto cultural y comercial con las mismas, en otras se pintaron algunos bordados representados en un formato grande, pero en todos prevalecía la misma cromática por sus leyendas y porque alude a que la tradición de los bordados sigue vive. Se expresaba la viveza del campo, la tierra y la tradición. Las formas de cada uno están compuestas por líneas curvas, formas orgánicas, patrones, y figuras básicas.

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Jardín de Quindes:

Jardín de Quindes es una escultura pintada por Mo bajo la petición del Municipio de Quito, la escultura se trata de un ave de especie Quinde/Colibrí que es emblemática, Vásquez se inspiró en los colores vivos del ave, además en su composición se puede ver rasgos de formas orgánicas que salen del hecho de que estas aves se alimentan de flor en flor. Resaltan los colores brillantes como el turquesa, amarillo, violeta, verde, anaranjado y rosado, en algunas partes se aprecia la utilización de texturas, prescinde de las líneas rectas y para diferenciar cada transición de las partes del cuerpo del colibrí, Mo cambia la forma de las figuras.

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San Violentín:

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Es un cartel de Mo Vásquez que fue seleccionado para el Festival Internacional San Violentín, celebrado cada 13 de febrero por artistas gráficos que surgió en Ecuador para rechazar la violencia a todo nivel. En esta pieza gráfica Mo demuestra que el amor puede ser un arma de doble filo, que se puede ocultar a simple vista y disimularlo muy bien, crea una obra donde los colores son cálidos para la mirada, se los asocia con situaciones buenas y de felicidad, sin embargo, las figuras de los cuchillos demuestran lo contrario, además el hecho de que se encuentren en direcciones opuestas aluden al símbolo del yin yang, es una obra que se contradice con sus conceptos por lo que desemboca en una inevitable concientización por parte de quienes la vean, como en todos sus proyectos, Mo utiliza formas orgánicas y una cromática brillante.